La Biblioteca Viva Biobío fue la primera que nuestra oficina realizó bajo el concepto de La casa del libro, buscando relacionar las bibliotecas con una atmósfera más propia del hogar. En esta serie, el interiorismo de cada biblioteca varía según la cultura de su entorno, dependiendo de la zona del país donde se ubique.
La materialidad elegida para este proyecto fue la madera de pino, tomando en cuenta la zona maderera en la que se inserta. El pino fue utilizado de diferentes maneras: en estanterías, fachadas y volumetrías, generando distintas instancias que remiten a la sensación de estar dentro de casa. Se combatió la idea de biblioteca distante, donde el bibliotecario puede ser la primera barrera entre el usuario y el libro; bajo este concepto se crearon espacios muy similares al living de una casa o salas de estar, donde los libros están a la mano de quien quiera tomarlos y hay sofás, cojines y mesas para la lectura, haciendo alusión a elementos cotidianos. De este modo, estudiar dentro de la biblioteca se transforma en una experiencia reconocible, hogareña, lo que efectivamente generó más permanencia de niños, jóvenes y adultos en su interior.