Las antiguas oficinas de Grisanti & Cussen en una tranquila calle del barrio Italia estaban formadas por distintos espacios, cada uno diseñado en torno a antiguos papeles murales fabricados a mano, que rescatamos de una bodega en Buenos Aires.
Se generó una atractiva yuxtaposición al combinar estos papeles originales de comienzos del siglo XX con muebles de madera con líneas contemporáneas y marcadas vetas, además de otros objetos interesantes.
De esta forma logramos crear un diseño interior con un carácter atemporal y una estética muy representativa del trabajo de nuestro estudio.