La oficina G&C se situó en una casa de fachada continua de 1940, ubicada en Barrio Italia. La idea fue diseñar nuestra propia oficina como un muestrario en sí mismo, donde cada sector evoque atmósferas y estéticas distintas. Reflejar diferentes dimensiones de nuestro trabajo.
De la casa original se conservó la macro estructura. Pero se tuvo que rehacer pisos, botar muros y rescatar un patio interior que había desaparecido. La sala de trabajo y la mesa de reuniones quedaron en un mismo y amplio espacio central, propiciando la colaboración del equipo. Para este sector se eligió una paleta de colores cálidos, donde predomina un ocre rojizo.
Hacia el interior se encuentra la sala de exhibición de nuestra línea de decoración, donde se buscó plasmar una estética más neutra con colores lisos. La sala de muestras, en cambio, tiene una identidad más industrial, en concordancia con su función: permitir al equipo disponer de distintas materialidades para enfrentar los nuevos proyectos. La cocina evoca un ambiente natural, tonos verdes, amarillos y un papel mural con palmeras que dan una sensación de frescor. Mientras que los baños son opuestos entre sí: uno es dramático de tonos turquesa con negro y el otro es liviano en blanco y azul.
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