La idea inicial para el diseño de Polvo Bar de Vinos fue la de trasparentar el tras bambalinas de lo que ocurre en una cocina, que normalmente no está a la vista de los comensales. Se concibió el espacio como una gran bodega que contiene distintos elementos como vinos de producción local, conservas e ingredientes y objetos tradicionalmente ligados al campo chileno, pero con diseños más contemporáneos.
Buscamos generar un gran salón que abarcara distintos espacios propios de una cocina campestre, como el comedor de diario y la alacena. Bajo este concepto, mediante la disposición de muebles se crearon 4 subespacios, que corresponden a una cava, una alacena, un comedor de diario y una cocina. Para cada uno de ellos se eligió un mobiliario particular, buscando que el visitante pueda tener distintas experiencias cada vez que visite el local, al permanecer en diferentes espacios. En estas 4 áreas se pueden encontrar objetos funcionales que aportan carácter y sitúan al usuario: por ejemplo en el sector que remite a la cocina está presente una máquina para cortar fiambres, con el ritual que ésta conlleva.
La barra, con un patrón de rombos fabricado con duelas provenientes de barricas de vino, es la protagonista del restaurant y marca un eje central. La materialidad elegida para el mobiliario fue el roble de demolición con estructuras de fierro, que contrasta con el carácter más clásico del piso de mosaicos hexagonales en blanco y negro. En el comedor de diario 2 grandes alacenas contienen antiguos objetos enlozados, de fierro y de greda que son utilizados en el restaurant. Estas estanterías son fundamentales para dar una sensación más íntima al espacio.